Los masones de Hoy II

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Foto tomada en Santiago de Cuba, por Don Meliton
“Vencer, sin mas armas que las de amor y las de razón, a los hombres que mueven otras armas; da la medida de una titánica figura.”
José Martí

 

Por Héctor Lemagne Sandó:.

 

En artículos anteriores mencionamos el celo con que la masonería se protege. En Cuba, por ejemplo, se enviaban, al menos, dos Hermanos, (aplomadores) al barrio donde vivía el solicitante, y a su centro de trabajo, y con discreción extrema, se comprobaba si era buen hijo, buen padre, buen amigo, y si es hombre de buenas costumbres. Si cree en Dios, a quien los masones llamamos Gran Arquitecto Del Universo, GADU, se le preguntará después. Los 3 Grados en la masonería Simbólica, Aprendiz, Compañero y Maestro, se consiguen mediante estudio, esfuerzo, dedicación y trabajo masónico. Lo único que diferencia a los masones, que se tratan como Hermanos, es el mérito y el demérito.
Se distinguían los Hermanos Masones por la premura con que socorrían a cualquier Hermano en desgracia. En comisiones lo visitaban al hospital, y ayudaban a su familia en caso de fallecimiento. Muchos casos se conocen de masones que fueron sacados de la cárcel (no por delitos comunes) gracias a las gestiones de uno o varios Hermanos, y es mas que conocido que muchos patriotas y hombres célebres de Cuba, Estados Unidos y el mundo fueron masones. En Cuba existe el asilo masónico “Llansó.” Los masones contribuyeron abundantemente con obras sociales, escolares y regalos a los niños pobres el Día de Reyes todos los años. Es por esto y más que los masones cubanos eran respetados hasta en las más altas esferas.

¡Qué diferentes los masones de hoy! Además de buscar el protagonismo, y resaltar el ego, se dedican al chisme vulgar, difamar caracteres y asesinar la reputación de sus “hermanos.” En una ocasión uno de estos individuos, tuvo la osadía de ordenarme, por amiguismo, que no siguiera al pie de la letra los requerimientos debidos en la exaltación al Sublime Grado de Maestro Masón de un Hermano. Conozco casos de personas que ni han cumplido esos requerimientos. Ahora todos tienen grado 33, cuando no tienen moral para ser aprendices. José Marti dijo “Las verdades se gritan” Por eso lo hago y tampoco hay moral ni vergüenza para desmentir lo que aquí, y en otros escritos he dicho. Sólamente pueden apelar a hablar en la obscuridad, nunca de frente. ¡Es lo único que saben hacer!
Soy masón por convicción, y sé que la masonería es mas grande que estos pequeños hombres, o sietemesinos, como les llamaba nuestro Ilustre Hermano José Julián Marti Pérez, por lo que estoy seguro que la Institución Masónica continuará iluminando los caminos de los hombres libres y de buenas costumbres que con altruismo sin igual han sabido mantenerla como símbolo de excepcional fraternidad durante siglos.

4 de marzo de 2013

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