¡NO HAY LECHE!!

Por el Lcdo. Sergio Ramos

En el cincuentenario de la imposición de la oprobiosa libreta de racionamiento en Cuba, nos topamos con la noticia de la crisis en el abasto de leche en ese país. La noticia surge a raíz de la solicitud de ayuda para zanjar el serio faltante de tan preciado alimento por boca del presidente de Uruguay José Mujica, quien se entrevistó con los hermanos Castro durante su reciente visita.

«Tenemos que dar una mano en la lechería» y «hacer todo lo posible, o producir un cuadro de leche con el respaldo de los gobiernos para que se transforme en leche en polvo, y ayudar a su vez a multiplicar la productividad acá», dijo Mujica a los periodistas en La Habana con motivo se su visita a Cuba por el 60 aniversario del ataque al Cuartel Moncada.
Desde los comienzos del racionamiento el régimen dispuso que solo los niños hasta la edad de siete años y algunos enfermos pueden tener acceso a la leche en cantidades limitadas.

La saga de la leche se remonta al inicio del castrismo. Desde temprano y en diferentes ocasiones a los largo de cinco décadas, el gobierno totalitario ha realizado innumerables planes para alegadamente desarrollar la industria láctea, sin hasta el presente lograr resultados satisfactorios concretos.

A la llegada al poder del castrismo en 1959, Cuba se vanagloriaba de poseer una res por habitante, en una población de seis millones de habitantes. Para el año 1958 la producción de leche fresca fue 785 toneladas métricas, siendo el sexto en la América Latina (1). En la práctica, Cuba producía toda la leche que el país consumía.

La desgracia comenzó por el capricho de dictador totalitario que se creyó omnisciente e infalible. Así, so color de eliminar el latifundio, expropió las tierras productivas a sus legítimos propietarios, entre ellas, las ganaderías y colocó al frente de las lecherías a personas políticamente leales a él, pero ignorantes en la materia. Destruyó los pastos para sembrar los cultivos de su antojo y arrasó con la ganadería de leche.

El propio dictador desalentó de la producción de leche. Así en 1967 el tirano Fidel Castro instó a los pequeños agricultores a dejar la producción de leche para producir ganado de carne y cruzar las productivas vacas Holtein con Cebú. Y sobre el particular, se expresó el dictador y citamos:

“Tú tienes que estar ordeñando 25 vacas diarias, es un trabajo fuerte. Es decir, que para ti, por ejemplo, si tú allí en vez de tener ganado de leche… No te estoy diciendo que abandones el ganado de leche. No sé las situaciones concretas de allí del pueblo de Taguasco, pero lo que te quiero decir es que tú en la caballería y media puedes tener de 40 a 50 cabezas. Si en vez de inseminar ese ganado con Holstein lo inseminas con Charolais o lo inseminas con Santa Gertrudis, cuando tengas F-2, cuando tengas F-3, ya tienes una ganadería de carne de magnífica calidad. En la media caballería, 10 cuartones, fertilización, tú lo único que tienes que hacer es trasladar cada cuatro o cinco días el ganado de un cuartón para otro. Y producirías —¿quieres que te lo diga?—, en divisas puedes producir 7 000 u 8 000 pesos en divisas todos los años en tu caballería y media de una manera muy fácil.” (2)

He ahí uno de los comienzos de la destrucción de la industria lechera cubana, y cuyo discurso estuvo matizado por una contradictoria expresión demagógica:

“Llegará el día en que ese individuo salga corriendo cuando pase el carro de la leche diciendo: “Oye, no me dejes la leche aquí.” ¿Saben por qué? Les voy a decir por qué. Llegará el día en que las frutas, los vegetales, hasta la leche se distribuirá gratuitamente a todo el pueblo.”(3)

Y después de cinco décadas, ¡No hay leche!!!. Y no la hay porque además de los desastrosos caprichos del tirano, el modelo marxista-leninista de estatización de los medios de producción no funciona, pues no estimula la productividad. La cual, también, fue mermada por la incapacidad de sus dirigentes, cuyo fin es empobrecer al pueblo para dominarlo más fácilmente y ponerlos a trabajar como esclavos para de la casta gobernante.

Cuarenta años después de aquel imprudente discurso, el dictador sucesor y general de ejércitos Raúl Castro volvió a traer el tema del faltante de leche en un discurso en Camaguey:
“Respecto a la producción y distribución de esta última, la leche, estamos conscientes de que son aún muy limitados los recursos materiales que se han podido asegurar a la ganadería. Sin embargo, la naturaleza durante los dos últimos años nos ha favorecido y todo indica que se alcanzarán los 384 millones de litros de leche planificados, aún muy lejos de los 900 millones que llegamos a producir cuando contábamos con todo el pienso y el resto de los insumos necesarios”. (4)
O sea, que la producción de leche ha mermado consistentemente y que Cuba no produce lo suficiente para satisfacer la demanda nacional por leche. Y en este sentido, el dictador de turno añade en su discurso:
“Es decir, que el objetivo principal es producir más leche para asegurar la que necesitan en primer lugar nuestros niños —estamos hablando de alimento fundamentalmente de niños, y de enfermos, con eso no se puede jugar tampoco—, incluso sin renunciar a la perspectiva de que otras personas puedan recibirlo en el futuro.”(5)
Puesto en palabras claras. En Cuba, ¡No hay leche!!!.
No hay leche, a pesar de todos los litros que produjo ‘Ubre Blanca’, una famosa vaca protagonista de la propaganda y ganadora de un record Guinness y del fracasado plan lechero ‘Nina Bonita’ en los setenta. Porque el problema no radica en una vaca de la cual se enamoró un tirano, ni en planes fantasiosos de un tirano caprichoso, sino en muchas vacas capaces de producir la leche para todo un pueblo en manos de campesinos conocedores e ingenieros agrónomos capacitados, con libertad para producir, distribuir y vender el preciado alimento lácteo al mercado nacional, sin restricciones, ni esquilmados, ni explotaciones del estado.
Por eso, luego de 54 años de castrismo y miles de planes, experimentos, y caprichos insensatos, Cuba vuelve a recurrir a sus aliados para obtener un nuevo subsidio: La leche. Esa de que hablaba el tirano mayor alardeando que sobraría y que la distribuirían gratuita y a granel a toda la población.
¡No hay leche!!!! Cuantas veces los cubanos de a pie se toparon con este letrerito en la bodega y sus hijos no pudieron desayunar… ¿Y cuantas veces mas las madres cubanas tendrán a toparse con esta desesperante realidad? ¡No hay leche!!!!
Cuba, ahora, dependerá del subsidio lácteo de Uruguay para que los niños y los enfermos tomen leche, porque el tirano y su zahorra gobernante destruyeron la industria lechera cubana.
Y lo triste de este drama es que mientras estén en el poder los mismos destructores de la economía cubana, nuestros niños y enfermos no tendrán garantizado el abasto de leche, y mucho menos la población en general, pues el mal radica en una cuestión sistémica marcada por la imposición un modelo ineficiente ‘per se’, que fue desechado por los propios creadores, los rusos, por inoperante, costoso y empobrecedor.

Fuentes:
(1) América en Cifras, Unión Panamericana, Secretaria General, Washington DC Statistical Yearbook , 1959, United Nations, New York, 1959
(2) Discurso de Fidel Castro ante el III Congreso de la ANAP, 18 de mayo de 1967
(3) Ibid.
(4) Discurso de Raúl Castro, Camaguey, 26 de julio de 2007.
(5) Ibid.

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